miércoles, 9 de junio de 2010

R. Sapolsky: Hormonas del estres

Esta serie de videos va dedicada a Richard, que fué el que me descubrió a este señor y su libro ¿Por que las cebras no tienen úlcera?, antes incluso de que se comenzara a utilizar esta información para la formación de educadores en España por parte de algunos sectores caninos. Una información muy muy muy interesante.

"En ocasiones se trata de un proceso muy consciente, en el que uno para y piensa: “¿Cuántos días tengo hasta la fecha de entrega? Díos mío, sólo quedan 4 días.” E inmediatamente se obtiene una respuesta de estrés. Otras veces es debido a la “preconsciencia”, una palabra que se utiliza en la actualidad: quiere decir que es un proceso en el cerebro en el que algo hace surgir una respuesta de miedo de la que no se es consciente. Una de las cosas que se ha observado con las personas que sufren un desorden de estrés postraumático es que en el entorno hay estímulos que provocan el miedo sin que ellos se den cuenta: “¡Ajá! Esta persona tiene la misma voz del que me hizo aquello. ¡Ajá! Éste es el mismo tipo de callejón oscuro en el que me pasó aquello.” Es decir que con unos estímulos preconscientes es posible que de repente el corazón comience a latir rápidamente, y que la sensación de pánico aparezca, y es posible que todo esto suceda sin darse uno cuenta de por qué sucede."



"¿Por qué las cebras no tienen úlcera? es el título del libro de Sapolsky, profesor de Stanford. Y la respuesta a la pregunta es muy sencilla: Porque no tienen estrés. Estos animales pasan auténtico terror cuando saben que están al alcance de un depredador. Entonces son presas de tremendas reacciones hormonales que les hacen salir corriendo (curiosamente, más rápido que otras cebras, no que el felino). Pero hasta que no intuyen al depredador, están tranquilamente pastando sin elucubrar qué harían si vieran una leona.
¡En eso somos diferentes! El miedo es posiblemente la emoción que más ha contribuido a nuestro proceso evolutivo. Pero también estamos pagando un alto precio. ¡Llevamos demasiados años viviendo en las cavernas y muy pocos en las ciudades! Se activa sin necesidad de que haya un riesgo inminente para nuestra integridad física, es suficiente con que creamos que no cumpliremos los objetivos de ventas o que no podremos pagar la hipoteca. En definitiva, cuando imaginamos situaciones futuras que nos angustian. Y somos grandes expertos en imaginar. Este ejercicio, que en algunos momentos puede ser bueno para planificar, en otros sólo sirve para activar el baile hormonal del miedo e introducirnos en el agotador camino del estrés. Y no lo olvidemos, el 10 por ciento de la población adulta mundial que sufre este problema, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La cifra se eleva considerablemente en los países industrializados. Se calcula que en Estados Unidos el 43 por ciento de los profesionales sufren sus efectos y que un millón de trabajadores se ausentan diariamente del trabajo por este problema. Parece que será la enfermedad estrella del siglo XXI"



2 comentarios:

Richard y(Sony-Tessa-Lucky) dijo...

Muchas gracias por la dedicatoria :))

En verdad considero este libro un auténtico "libro de cabecera" para todo aquél que quiera aprender algo importante y fundamental a la hora de trabajar con perros... y sin ellos también ;-)

Pepe dijo...

Completamente de acuerdo con Richard. Un libro "obligatorio". Hace ya algún tiempo, en una cadena de TV nacional, se emitió un reportaje sobre estrés en el que Sapolsky era el máximo protagonista, con permiso de otros colegas de profesión. Muy interesante pero no pude ver ni quien lo había hecho (CNN, NG..)...¿alguien lo vio y lo tiene controlado?...porque sería muy, muy interesante el poder "estudiarlo", ya que se llegaban a muy curiosas conclusiones sobre el estrés (vease por ejemplo la del informe Whithall)...
Se da la casualidad de que durante esta semana estoy en la realización de un curso sobre estrés en el mundo laboral, en el que además de información muy interesante, se nos está dando una serie de pautas de relajación muy constructivas...que, a buen seguro (no todas evidentemente) aplicaré a nuestros amigos peludos...
Saludos